Vacaciones de horror: once muertos en tres accidentes viales en Argentina. El estado de las rutas es determinante.
Tres siniestros ocurridos entre el jueves y el sábado en rutas nacionales dejaron un saldo devastador: once muertos y decenas de heridos, algunos de gravedad. El estado de las carreteras y la seguridad vial vuelven a estar en el centro del debate público.
En apenas 72 horas, las rutas nacionales argentinas se convirtieron en escenario de tres accidentes fatales que dejaron once muertos y más de 30 heridos. En medio del recambio turístico de las vacaciones de invierno, las tragedias ocurridas en Santa Fe, Río Negro y Santa Cruz generaron conmoción y pusieron nuevamente en foco las falencias en materia de infraestructura y control vial.
El episodio más reciente se registró en la noche del sábado sobre la Ruta Nacional 11, entre las localidades santafesinas de Nelson y Llambi Campbell. Un ómnibus de la empresa “Santa Lucía”, que regresaba de Buenos Aires con destino a Resistencia, Chaco, impactó violentamente contra un camión que intentaba reincorporarse a la ruta desde una gomería. El saldo fue de tres muertos —los dos choferes del micro y el coordinador del tour—, además de una decena de heridos. La falta de señalización en la zona, según testigos, habría sido determinante.
Horas antes, en Catriel, Río Negro, un choque frontal entre un Volkswagen Gol y un camión sobre la Ruta Nacional 151 acabó con la vida de cuatro personas pertenecientes a una misma familia oriunda de La Pampa: tres adultos jóvenes y una niña de siete años. El impacto se dio en medio de una fuerte nevada. El gobernador rionegrino, Alberto Weretilneck, fue contundente: “La desidia mata”. Apuntó directamente contra el Gobierno nacional por el abandono de la traza vial.
El jueves, el primer siniestro de esta serie de fatalidades tuvo lugar cerca de Güer Aike, en Santa Cruz, cuando un camión embistió desde atrás a un colectivo de la empresa Andesmar. El impacto provocó la muerte de cuatro personas, entre ellas el conductor del camión y dos pasajeros. Más de 20 personas resultaron heridas. El vehículo de gran porte habría invadido el carril por un aparente descuido del conductor, sin que las condiciones climáticas hayan sido un factor.
Estas tragedias no solo provocaron pérdidas irreparables para las familias involucradas, sino que encendieron nuevas alertas sobre el estado de las rutas nacionales, que en muchos tramos se encuentran deterioradas, sin iluminación, con banquinas angostas o sin señalización adecuada. Desde las provincias se reiteran los reclamos por inversiones urgentes, y organizaciones de seguridad vial reclaman controles más rigurosos y campañas efectivas de concientización.
Mientras tanto, las vacaciones de invierno —que deberían ser un tiempo de descanso y encuentro— terminan teñidas por el luto en distintos puntos del país.