Comienza la exploración sísmica a 300 kilómetros de Mar del Plata
El buque BGP Prospector ya se encuentra en el bloque CAN 100 para mapear las zonas donde podría haber hidrocarburos. Las tareas se extenderán por, al menos, tres meses y luego se deberá procesar la información.
El comienzo de la exploración sísmica para determinar la presencia de petróleo a más de 300 kilómetros de las costas de Mar del Plata es un hecho: el buque BGP Prospector, a cargo de las tareas, ya se encuentra trabajando en la zona.
El barco llegó desde Ghana y navega bajo la bandera de Bahamas. Fue construido en 2011 y tiene una eslora de 100,1 metros por 24,2 metros de manga. Según anticiparon fuentes portuarias, la nave, junto al buque de apoyo Geo Service I, dejó a primera hora de ayer la dársena E del puerto de Buenos Aires.
De acuerdo a lo que pudo reconstruir LA CAPITAL, ya se encuentra en el bloque CAN (Cuenca Argentina Norte) 100-a 307 kilómetros de Mar del Plata-para comenzar las tareas de exploración sísmica, a cargo de la empresa Equinor, que está asociada a YPF y Shell.
La operación también abarcará a los bloques CAN 108 y 114, a 307 y 443 kilómetros de la ciudad, respectivamente.
La exploración se extenderá por, al menos, tres meses. Además de la tripulación, habrá un equipo de profesionales que analizarán los datos y biólogos para monitorear el impacto en la fauna marina, un requerimiento del Ministerio de Ambiente de la Nación.
La exploración sísmica
Se trata del primer paso para rastrear dónde es posible perforar y hallar hidrocarburos en el lecho marino. A grandes rasgos, se utilizarán una serie de “mangueras” de un kilómetro cada una, denominadas “streamers”. Éstas cuentan con micrófonos que trabajan en el agua (hidrófonos).
El buque navegará en una misma dirección por 50 kilómetros (vuelve y repite el proceso en otra línea), con 8 streamers separados por 200 metros. Detrás, lleva unos sifones de aire comprimido, del tamaño de un matafuego. Al accionarse, liberan una onda de sonido que viaja en las profundidades, penetra en el lecho marino y, de acuerdo a las capas geológicas que encuentra, rebota.
Ese impacto se capta con unos hidrófonos de 12 kilómetros de largo. De esa manera, el registro genera un “mapa” del lecho marino. El tiempo para procesar la información es largo, se tarda cerca de 6 meses para lograr determinar si puede haber petróleo en la zona.